Es uno de los principales cineastas de culto franceses de los últimos años, amante de la música industrial, y cantante del grupo punk M.K.B (Messagero Killer Boy)
Tras décadas en la periferia de la industria cinematográfica, F.J. Ossang ha logrado convertirse en uno de los principales cineastas de culto franceses de los últimos años. Lleva dando guerra en el mundo del cine desde 1982 cuando estrenó Le dérniere enigme. Un cortometraje en el que deja constancia de otra de sus grandes pasiones: la música. En su banda sonora participan algunos de lo grandes pioneros del punk y la música industrial: Cabaret Voltaire, William Burroughs, Throbbing Gristle, Killing Joe, Public Image Limited e incluso los españoles Esplendor Geómetrico. Una explosión contracultural que Ossang tuvo la suerte de vivir en persona no sólo como testigo directo sino también como protagonista gracias a su banda M.K.B (Messagero Killer Boy) de la que fue vocalista.
Más de tres décadas después, con ya casi una decena de películas a su espalda, Ossang sigue rebosante de actividad. Pertenece a esa estirpe de directores como Jim Jarmusch con el don para lucir como juveniles estrellas del rock por muchos años que pasen. Acaba de estrenar 9 Fingers, su último largometraje al que el festival de cine compostelano Curtocircuito le ha dedicado una completísima retrospectiva y que se proyectará próximamente en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Una oportunidad única para meterse de lleno en su filmografía.
Ossang es un enamorado cine en blanco y negro y de su peculiar realidad química. Todos sus trabajos son en celuloide. Es un autor con envidiable pericia para pasar las influencias del expresionismo, surrealismo, el cine negro y la literatura pulp, por su propio filtro y convertirlas en algo nuevo y personal. Es un director “muy francés con todo lo bueno y malo que ello conlleva”, como dijo un amigo mío tras el pase de Dharma Guns.
Un hombre, como veremos en sus respuestas, con una gran habilidad para para fusionar con coherencia conceptos tan aparentemente contradictorios como el punk con la corrección política o la contracultura con la cultura clásica.
Eres escritor, músico y cineasta ¿Qué opinas de la gente que dice que sólo se puede ser una cosa en la vida?
Yo nunca he visto ningún problema, porque en mi caso, la escritura es la base de todo: la literatura, la música y el cine. Los escritores del siglo XIX también eran así. Escribían novelas, pero también poesía o teatro.
¿Se ha editado alguno de tus libros en castellano?
Todavía no. Había un viejo proyecto de editar Génération Néant con Caja Negra, una editorial argentina, pero de momento todavía está en el aire.
¿Cuales consideras tus principales influencias?
Pues podría decir Antonin Artaud, la Internacional Situacionista y William Burroughs.
¿Me podrías decir algún libro famoso que no hayas logrado acabarte?
Uf…No sé…No se me ocurre ninguno ahora mismo (risas).
¿Qué es para ti el punk?
El pragmatismo de la supervivencia.
Dicen que el trap es el nuevo punk…
No lo sé, no lo he escuchado.
La playlist en exclusiva para TENTACIONES de F.J. Ossang
Peter Greenaway también se ha pasado por el festival y sigue diciendo que el cine está muerto ¿Qué opinas tú?
Es algo que se lleva diciendo desde hace cincuenta años, ya desde Godard. Puede ser cierto, dicen que la tragedia griega llegó a su fin después de tan sólo tres generaciones de autores. También se podría decir lo mismo del cine. Pero es un muerto que puede revivir en cualquier momento. Nietzsche muchos siglos después resucitó a los griegos en El nacimiento de la tragedia para justificar la música de de su amigo Wagner.
¿Vives gracias al cine?
Gracias a los libros, las becas y las películas que ya he hecho puedo decir que sí, pero no es nada fácil. Es muy complicado lograr la financiación para hacer una película.
¿Qué le aconsejarías a alguien que está empezando en este mundillo?
No sé… Qué haga lo que quiera (risas).
¿Qué opinas de las escuelas de cine? ¿Son útiles?
Para mi lo han sido. Estudié en el IDHEC con una beca. Gracias a eso pude acceder a ver un montón de películas, conocer alumnos con intereses similares y practicar porque teníamos que hacer una película al año. Nos enseñaban a hacer todo tipo de cine. También películas publicitarias y de acción.
« Me gusta estéticamente el blanco y negro, creo que hace resaltar más los ojos de los actores y hace que todo sea más fácil cuando no tienes mucho presupuesto »
¿Si solo pudiera ver una película tuya cual me recomendarías?
No sé… ¿La última? (Risas) No, creo que Docteur Chance puede ser una muy buena para empezar. La última, 9 Fingers, no está en el festival pero creo que no tardará mucho en estrenarse en España.
¿Por qué sueles elegir el blanco y negro en la mayoría de tus películas?
Porque el blanco y negro está en toda la historia del cine. Desde sus orígenes hasta la actualidad. Me gusta estéticamente, creo que hace resaltar más los ojos de los actores y hace que todo sea más fácil cuando no tienes mucho presupuesto. Por ejemplo, cuando ruedas en una calle y no quieres que haya un coche de un color que desentone o excesivamente llamativo. Con el blanco y negro todo está siempre mucho más equilibrado. La iluminación también es más sencilla.
¿Qué cualidades debe tener un buen director?
Sobre todo saber aprovechar los accidentes. Jean Cocteau habla sobre ello en un libro muy interesante que se llama Entrevistas sobre el cinematógrafo. Entre otras cosas habla sobre la importancia de la capacidad de reacción para un director. Por ejemplo cuando un día esperas sol y resulta que toca nublado. Un buen director debe saber como actuar para sacar algo bueno de los accidentes y desventajas,
¿Qué películas te gustaban de niño?
Siempre me gustó muchísimo Orson Wells. Especialmente « Mr Arkadin », tengo en casa las tres versiones que existen de la película.
¿Está reñida la vanguardia cinematográfica con el cine popular?
Puede ser… Yo voy mucho más a la filmoteca que a las salas comerciales a ver películas. Puede que haya cierto distanciamiento pero no tendría por qué ser necesariamente así. « Metrópolis » de Fritz Lang, por ejemplo, era pura vanguardia pero también era cine popular.